Cuenta la leyenda que en un rincón  de España de cuyo nombre me quiero acordar pero no caigo ahora mismo, habitaban cuatro dragones de rabo largo que jugaba a las cartas de manera incesante. Tenia muchos nombres distintos, el picas, el tréboles, el rombos y el corazones. 

Vivían plácidamente en cueva de barajas sin que nadie los molestara, pero una mañana un hombre de un poblado cercano que paseaba por el monte se adentro en la caverna y los descubrió. En un primero momento los dragones enfurecieron y decidieron matarlo, pero corazones el mas endeble y bueno de los hermanos solitarios pidió por favor no cometer el cruel acto de comérselo.

Los otros no lo escucharon y en un arrebato de cólera para no ser descubiertos allí mismo terminaron la partida de su vida y lo mataron. Un silencio se hizo, y una sensación de mal augurio les acompaño en los siguientes días.

Mientras en el pueblo comenzaron a buscar al hombre perdido el cual habia dicho que se iba al bosque a buscar frutos. Era cuestion de tiempo que los humanos miraran en aquella fria cueva y descubriran a los dragones.

Dos dias pasaron hasta que esto ocurrio, un joven entro alli y salio huyendo en busca de ayuda y los dragones no tuvieron mas remedio que llamar a la bruja del arbol. Una bruja milenaria que aun siendo mala era la unica personas capaz de ayudarlos.

Y asi lo hizo,...los convirtio a cada uno en un palo de baraja que fue lo que los humanos encontraron cuando llegaron a aquel lugar. Nadie lo supo nunca y desde entonces se encuentran alli dormidos.